Mientras que Bitcoin recuperó su trayectoria ascendente, subiendo un 7,5% para superar los 100.000 dólares, la acción del precio de Dogecoin pinta un panorama contrastante.
A pesar de haber alcanzado un máximo de 2024 de 0,45 dólares el 8 de diciembre (un nivel que no se veía desde 2021), la moneda meme no logró mantener sus ganancias y enfrentó un rechazo persistente en esta resistencia. Esta barrera ha demostrado ser crítica y marca el tercer rechazo importante en el ciclo de mercado actual.
Fuente: TradingView
Dogecoin cotiza a 0,3997 dólares en el momento de la publicación. Las tendencias de volumen indican un debilitamiento del impulso y una presión de compra menor en comparación con principios de diciembre. Mientras tanto, el RSI ha caído hacia territorio neutral en 51,16, lo que refleja una disminución de la fuerza alcista.
La falta de correlación de Dogecoin con el repunte de Bitcoin subraya una divergencia preocupante para los traders. Con el OBV estancado cerca de 161 mil millones, el mercado sugiere un estancamiento de las entradas de capital, lo que genera dudas sobre la capacidad de Dogecoin para recuperar el impulso alcista.
¿Es posible un DOGE ATH en este ciclo?
El máximo histórico de Dogecoin de $0,73, alcanzado durante la corrida alcista de las criptomonedas en mayo de 2021, sigue siendo un objetivo lejano. Si bien existe la posibilidad de superar este precio en el ciclo actual, el camino por delante está plagado de desafíos, en particular a medida que Dogecoin se aleja del repunte en curso de Bitcoin.
El sentimiento predominante sugiere que un resurgimiento de Dogecoin puede ser posible, pero requiere un catalizador. Históricamente, los movimientos significativos de precios de Dogecoin han sido impulsados por aumentos repentinos en el interés minorista, a menudo provocados por tendencias o rumores en las redes sociales, como posibles casos de uso como los pagos en X.
Para que Dogecoin eclipse su ATH de 2021, es necesaria una ola similar de entusiasmo minorista, acompañada de un volumen comercial sustancial y una participación renovada de inversores minoristas e institucionales.
Un escenario más realista para un ATH podría materializarse a principios de 2025, dependiendo de cambios macroeconómicos más amplios. Estos podrían incluir cambios políticos, como la investidura de Donald Trump, que podría reavivar el optimismo en el sector de las criptomonedas y proporcionar un catalizador potencial para una renovada acción del precio de Dogecoin.
Posibles catalizadores de la caída de DOGE
Varios factores clave podrían contribuir a que los precios sigan cayendo. Uno de los principales riesgos es que cada vez se desvincule más de los movimientos de precios de Bitcoin. A medida que Bitcoin supera la marca de los 100.000 dólares, el hecho de que Dogecoin no mantenga un crecimiento similar plantea preocupaciones sobre un posible cambio en el sentimiento de los inversores.
A fines de noviembre, las decisiones de la Reserva Federal sobre las tasas de interés y la presión inflacionaria continuaron pesando sobre los activos de riesgo como las criptomonedas.
Un endurecimiento de la política monetaria o temores inflacionarios sostenidos podrían llevar a un menor apetito de los inversores por activos especulativos, lo que afectaría a Dogecoin y otras altcoins.
Además, el sentimiento del mercado en torno a las monedas meme y las inversiones especulativas es notoriamente volátil.