La opinión general sobre los derivados de bitcoin [BTC] es que representan los mismos riesgos que los derivados tradicionales. Sin embargo, la Autoridad de Conducta Financiera (FCA), un organismo regulador británico, ha presionando por su prohibición, en nombre de la protección del consumidor.
Ahora, la FCA está examinando 87 firmas en el criptoespacio, una cifra que era de 50 en 2018. David Heffron, socio de Pinsent Masons, comentó que esto reflejó «la aproximación cada vez menos congruente de la FCA”.
Dicha institución había advertido en mayo de 2019 sobre una tendencia de estafas de cripto y divisas. El informe estimó un aumento de tres veces en tales casos, alegando de casi 1,800 estafas en sólo un año (2018-2019). Éstas supuestamente ascendieron a una pérdida de $33.2 millones de dólares.
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Hablando sobre cómo los enfoques duros podrían conducir a un resultado positivo, Heffron dijo:
«Para las empresas de criptomonedas que actúan legalmente, estas estadísticas serán alentadoras: quieren que se eliminen los malos actores».
Según la comprensión de la FCA sobre el tema, señaló que los traders nuevos implicaron una pérdida de $492 millones de dólares sólo en derivación de criptomonedas (2017-2018). Otros factores que han contribuido; por ejemplo, el apalancamiento y los altos costos de trading. De ellos, la pérdida es de £234 millones al año.
Danny Masters, de CoinShares, también tuvo algo que decir, alegando que una prohibición podría empujar a los usuarios a un mercado no regulado. Agregó que no debería depender del regulador decidir el futuro de una determinada tecnología. Sin embargo, la Autoridad de Conducta Financiera cree lo contrario, afirmando que es su deber proteger a los consumidores.
