El Ministerio de Finanzas de Malasia (MdF) publicó el Presupuesto 2020, un marco de política monumental para la economía de Malasia durante el año fiscal. Sin embargo, el presupuesto es más notable por el hecho de que la sección de Perspectivas Económicas 2020, menciona los activos digitales y la conciencia del público en general sobre las criptomonedas. Esta es una gran noticia, ya que podría ser la primera vez que el presupuesto de un Estado importante incluye a los activos digitales.
El documento indicaba que, aunque ha habido un aumento en la conciencia del público en general, las tasas de adopción no son tan altas como muchos esperaban. El presupuesto señalaba que, aunque las empresas prominentes han tomado la iniciativa de adoptar las criptos en su trabajo diario, los días de adopción generalizada aún están muy lejos.
La Perspectiva Económica 2020 de Malasia señaló:
«A pesar de que los activos digitales han atraído una atención considerable debido a su posible interrupción en el sistema financiero, es importante tener en cuenta que sigue siendo un sector naciente y en evolución donde la tasa de adopción global y nacional no ha alcanzado un nivel generalizado».
Parecería que, como país, Malasia ha evolucionado de ser un escéptico de las monedas digitales a finalmente darse cuenta de su potencial e impacto en la economía global, con el país que decidió regular la industria en enero de 2019.
El Bank Negara Malaysia (BNM) y la Comisión de Valores de Malasia (SC) han estado trabajando proactivamente desde 2018 para estudiar la tecnología emergente de las criptomonedas, sus ventajas y desventajas, además de cómo facilitar el uso de dichas monedas en los mercados locales.
En febrero de 2018, el BNM modificó sus regulaciones contra el lavado de dinero y la lucha contra el financiamiento del terrorismo para incluir también los activos digitales. Según las leyes actuales de Malasia, cualquier activo digital ofrecido en forma de inversión se considera una garantía.
Aunque la tasa de adopción de las monedas digitales puede parecer débil cuando la comparamos con el mercado financiero tradicional, es una tecnología naciente que, hace año y medio, se enfrentó la desaprobación de todos los rincones del mundo; ahora se menciona en el presupuesto oficial de un país, lo que es una gran hazaña en sí misma.
El folleto del presupuesto también decía:
«Aunque el impacto de estos proyectos aún no se ha sentido más ampliamente, los activos digitales bien pueden surgir como parte de la economía en general o pasar a un segundo plano como una novedad, dependiendo del resultado de su uso».
